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El estilo de liderazgo promedio de España se caracteriza por su carisma e intuición y con un gran poder de influencia. Muy diferente del de Japón o del de los países nórdicos que están más orientados al desarrollo del equipo y la comunidad.
Basta con pensar en los últimos CEOs de Apple: Steve Jobs y Tim Cook, con estilos de liderazgo muy diferentes. Si Cook es reconocido por ser más comunicativo y amistoso, Jobs por ser más exigente y estridente. Las diferentes personalidades, estilos de trabajo, rasgos y hábitos se trasladan a múltiples estilos de liderazgo. Sin embargo, con independencia de la cultura o de su personalidad hay algunas cualidades esenciales que todo líder debería trabajar, y estas son las 10 cualidades que caracteriza, en concreto, al líder español.
1. Confianza en la toma de decisiones empresariales, en su correcta ejecución y en su capacidad de liderazgo, para infundir en su equipo la seguridad necesaria para alcanzar el éxito.
2. Fija objetivos compartidos. Tener objetivos comunes ayuda a determinar el potencial del equipo y cómo cada miembro puede contribuir al éxito de la compañía. Se trata de una aproximación inclusiva que fomenta el espíritu de pertenencia.
3. Hace suyos los valores corporativos. Antes de plantear, individual o conjuntamente, los objetivos corporativos, necesita vivirlos. Sus valores deben formar parte de sí antes de comunicarlos.
4. Enseña. Los buenos líderes imparten conocimiento, ayudando a sus colaboradores a crecer y brillar. Esto les animará algún día a crear y liderar por sí mismos.
5. Recompensa los buenos comportamientos. Cuando alguien hace algo excepcional, lo comparte con el resto del equipo. Con ello, crea una cultura que motiva a su equipo a hacerlo bien.
6. Abraza el cambio. El cambio es connatural a la vida y a los negocios. Los buenos líderes están siempre preparados para cambiar y buscar oportunidades en tiempos agitados.
7. Se cuida. Nadie quiere a un líder sobrecargado e infeliz. Se asegura de descansar lo suficiente y de conciliar lo mejor posible su vida personal y laboral. Ello le ayuda a estar preparado para afrontar cualquier reto, y sus empleados se lo agradecen también.
8. Transparencia y comunicación. Impulsa la comunicación positiva y la transparencia promoviendo la honestidad en el puesto de trabajo. Además, fomenta la libertad de expresión y trabaja por que el equipo sea feliz en su lugar del trabajo.
9. Tiene fuertes convicciones. Dice y apuesta por lo que cree. Todo buen líder debe tener estándares altos y querer dirigir el cambio. Creer en sí mismo y en sus convicciones hacen de él un líder confiado.
10. Se convierte en el líder que necesitó. Recuerda los valores que buscaba en un líder cuando progresaba en su carrera, y trabaja sobre ellos.
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